Prevalece el círculo vicioso del interés privado sobre el de carácter público: Asero

José Ángel Inzunza Mendoza
Tijuana.- Según estudios del doctor italiano en filosofía y neurosicología clínica, Alberto Asero estima que a partir de la primera mitad del Siglo XVIII se develó la problemática de una sociedad hipócrita y desorganizada, en la que se dieron desplazamientos de los conceptos morales por los de tipo económicos.
De lo anterior se desprende una sociedad moderna hundida en la vorágine de un sistema mercantilista, con nuevas formas de gobierno en las que, desde su interior, el gobernante ya va enfocado en el control de las masas para satisfacer una economía de mercado, siendo secundario el bienestar ciudadano.
En ese contexto explicó que prevalece el círculo vicioso del interés privado sobre el de carácter público, cuyos frutos vemos actualmente, no solo de cinturones de pobreza, sino lo que es peor, una nueva forma de esclavitud, en la que ya de una forma sutil, el trabajador vende no solamente su fuerza y creatividad de trabajo, sino hasta su alma misma, su ser interior.
Ahora, indicó el experto filósofo, se dice que ya está obsoleto el modelo de individuos virtuosos para generar círculos virtuosos; el cambio de las coordenadas acerca de lo que somos y cómo obtener la felicidad, implicó una modificación del individuo interior, desplazando su visión del mundo por uno en el que sus vicios particulares controlen el poder público.
El primer desplazamiento se dio entonces en la dimensión política de la persona, por un sistema de mercados, desplazando entonces el bien común por el bien privado y de partidos, en una soberanía donde la política deja de ser una guía de servicio por una de control de masas para el enriquecimiento de un pequeño grupo, donde el vicio es el nuevo eje de la moral pública y privada.
Para mantener el control de ese sistema entonces se infiltraron cual caballo de Troya las nuevas concepciones de lo que es la felicidad, creando sociedades consumistas, pueblos deseosos de opulencia, abandonando la estabilidad del ser interior, para ser dominados por la inestabilidad de los deseos y los vicios.
Asimismo, entre los métodos de control se incluyen el populismo, y el miedo a perder los “beneficios” de programas asistenciales, así como de los nuevos productos y servicios de un mercado que aparentemente cubren nuestras necesidades.
También se usa una mercadotecnia de servicios, donde la persona se vende y vive por el mercado, no por sí misma y en el mercado, ya que “colonizan” su interior con conceptos que exaltan su ego.
Al trabajador, a los ejecutivos y a los políticos se les dice que piensen y actúen como triunfadores, y de esa manera intuyen que el fin es el medio, volcando la jerarquía de sus intereses personales y de su entorno en la sociedad. Así es como asimilan una política en la que los vicios privados aparentemente generan beneficios públicos.
El hombre libre es impredecible, y por eso los sistemas de gobierno usan los diversos medios de control antes citados, silenciando la voz interior de la búsqueda de la verdad, y al vulnerar así al yo interior, el individuo se desprovee de “anticuerpos” contra la “infección” de su moral, analizó Alberto Asero.
Concluyó entonces que mediante la filosofía, que es el amor a la verdad, se puede y debe cambiar las formas de gobierno, donde el deber ser sea el poder ser, y se rescate la ética en toda la sociedad.

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