Más de 2 mil pandillas surten de personal a los carteles de la droga

Octavio Fabela Ballinas
Tijuana.– En esta frontera operan por lo menos 2 mil 500 pandillas que son las que abastecen de personal al crimen organizado y eso es lo que el Comité Ciudadano de Seguridad Pública reclama la falta de atención en programas de prevención del delito pues no genera programas que eviten que esos grupos sigan alimentando de personal a los grandes carteles del narcomenudeo.
En entrevista David Solís Juzaino, vicepresidente del Comité Ciudadano de Seguridad Pública, cuestiona el ¿qué hace la dirección de prevención del delito que dirige Rogelio González Alcocer para detener la producción de pandilleros que terminarán vendiendo droga y después muertos por la disputa entre carteles por el control de las diferentes colonias de la ciudad?”.
Asegura que la falta de atención en esta materia es aprovechada por los carteles poderosos para “promover entre los jóvenes principalmente la ilusión de hacer dinero y lo que están encontrando es la muerte o prisioneros en el mundo de las adicciones o en la cárcel y no se hace nada para evitar este círculo vicioso en el que además están utilizando para la venta de drogas a menores de edad porque saben que no son imputables del delito que cometen”.
Basa su afirmación en que “hubo 2 mil 507 homicidios en el año 2018, la mayoría de las víctimas fueron relacionados a la venta de droga y la pregunta que debe contestar la autoridad es ¿de dónde se abastecen los carteles de tanto personal para cubrir las vacantes que quedan tras el asesinato de alguno de sus vendedores?”
Aseguró que de acuerdo a un análisis del CCSP, en la ciudad operan 3 mil puntos de venta de droga al menudeo, los cuales a diferencia de las llamas “tienditas” que solo son un lugar o domicilio, “el punto de venta es un área en la que hay cinco o hasta diez vendedores distribuidos en un espacio de hasta una manzana completa y eso es más poderoso”.
Refirió que para identificar los puntos de venta “el área de inteligencia de la Policía Municipal detectó que entre los cárteles tienen un código de colores para distinguir a quién pertenece la droga que se distribuye, lo hacen porque tienen sectorizada la ciudad en cuadrantes en donde asignan la venta y evitan que se mezclen entre ellos y con algún grupo antagónico, por ejemplo, los envoltorios rosas para la Sánchez Taboada, aunque hay azules, verdes, negros y una infinidad de tonalidades”.

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