Julio César Chávez, 56 años de gloria y dolor

Por Francisco de Asís Solís

El 12 de julio se cumplieron 56 años del nacimiento en Ciudad Obregón, Sonora, del mejor boxeador mexicano de todos los tiempos, libra por libra, kilo por kilo, Julio César Chávez González, quien conquistó 5 coronas mundiales, dos de ellas en el mismo peso súper ligero de la AMB (Asociación Mundial de Boxeo) y la FIB (Federación Internacional de Boxeo).

Este reportero tuvo acercamiento por más de 10 años hacia su carrera deportiva y personal. No hay material para redactar un libro, pero datos sobran para un reportaje. Nada es fantasía; es investigación directa. Se han escrito tres libros, el último de su hermano mayor, Rodolfo, que está en espera de ser editado. Se denominará “la verdadera historia de JC Chávez”.

Otro libro que estaba en proceso fue detenido por el propio Julio César” déjate de burradas, Daniel”. Esto refiriéndose a su ex preparador físico, Daniel Castro Ugalde. “Ni modo, le tuve que hacer caso o me demandaba” nos confió el propio Castro Ugalde.

Resumir la vida infantil y juvenil de JC es fácil. Nace en Ciudad Obregón, Sonora, ya que su padre Rodolfo hubo de irse a trabajar como ferrocarrilero a esa población. A los tres años, retornan sus padres a esta capital sinaloense, a vivir a la Colonia Industrial El Palmito.

Sin que nadie lo obligara se iba al centro de la ciudad a vender los periódicos Sol de Culiacán-vespertino- y los matutinos Sol de Sinaloa y Debate de Culiacán. El Sol de Culiacán era en ese tiempo de los 70s, el más vendido en cantinas, talleres, oficinas y en la calle.

El noble jovencito, aunque a veces peleonero, entregaba todo el dinero de las ventas de los rotativos a su señora madre, Isabel y en una ocasión, jubiloso, exclamó” ¡jefa, le juro que le voy a comprar una casa nueva y autos!”, “¡Ay, hijo!, se vale soñar”, le contestó su progenitora que siempre ha influido en sus decisiones más importantes de su vida. Su profesor de tercero de secundaria en la escuela Antonio Nakayama, nos acaba de confiar que, en el transcurso de ese grado escolar en 1977, embarazó a una de sus compañeras, pero no hubo problema ya que hubo entendimiento entre las familias involucradas por cosas del destino.

Como era medio chaparro los más altos del salón y de otros grados escolares, se burlaban de él y lo querían golpear, pero éste se defendía y los dejaba heridos a golpes” cita Rubén Nava. “Seguido iban sus padres a ser informados de su conducta y pedían perdón a los directores y maestros”, cita. Ya en la preparatoria central empezó a practicar boxeo e ingresó al torneo de boxeo de los barrios que organizaba el profesor Jesús Acosta Barrera, recientemente fallecido.

Asistió al Distrito Federal, representando a Sinaloa, y perdió su primera pelea ante Diego Ávila, lo que lo desmotivó y le pidió a su mánager, Ramón Félix lo debutara en el profesionalismo.

Entonces, se puso de novio con la hoy política, Margarita Urías Burgos y cuando ella estaba embarazada y tenía la promesa de matrimonio de parte de JC, éste conoció y se enamoró y se casó con Amalia Carrasco, de la cual no se ha divorciado, pero que también abandonó para vivir en unión libre con Miriam, ex esposa de otro pugilista, asesinado a balazos.

Amalia, procreó junto con Julio César a Julio César Chávez, Omar y Cristian, los dos primeros también dedicados al boxeo. Antes de su rompimiento y ante la negativa de cederle dinero y bienes, Amalia, contrató a la prestigiada abogada Lucila Ayala de Moreschi quien consiguió una jugosa fortuna para la todavía legalmente esposa de la leyenda del boxeo.

La vida de Julio César y Amalia había cambiado en Mazatlán, Sinaloa, cuando en plena luna de miel, le habló Ramón “Zurdo” Félix para decirle que, había conseguido la pelea por el cinturón mundial vacante de peso súper pluma ante Mario “Azabache” Martínez, para el 13 de septiembre de 1984 en Los Ángeles, California.

JC aturdido de tantos abrazos y besos de Amalia, de momento no quería abandonar su nido de amor o sea su luna de miel. “No seas estúpido, esta es la única oportunidad que tienes de salir de pobre, le tuve que regalar chorizo, queso y chilorio de Chata al presidente del CMB, José Sulaimán, y ya no habrá otra oportunidad”.

Cuando en el Hotel de Cima, Julio César colgó el teléfono de la habitación, dijo” pinche viejo Félix, quiere que nos vayamos a Culiacán a entrenar”: Amalia incrédula por terminar con la luna de miel, terminó por aceptar, consciente del futuro que les esperaba. No se equivocó. Julio César noqueó a Mario Martínez ante la locura de los miles de sinaloenses que por TV vimos la pelea, más mil mexicanos en la arena de Los Ángeles donde se realizó la pelea.

Nadie daba un cacahuate por JC, apodado el “MR KO” por el reportero Arturo Reyes Razo. Nacía una leyenda que se extendió por 25 años, ganando millones de dólares que invirtió en bienes y raíces con la ayuda de su hermano Ariel.

Durante sus defensas de cinturones en diversos pesos desde súper pluma, ligero, y súper ligero, fue campeón invicto 13 años, 11 meses y 24 días hasta que perdió ante Frankie Randall. En 1996, las dos derrotas ante óscar de la Hoya fueron el declive de su carrera.

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