Recuerdan con cariño a Marco Antonio “Lobo” Villalobos

TIJUANA, Baja California – De manera conmovedora y con los sentimientos a flor de piel, pero sobretodo con mucho cariño, fue recordado Marco Antonio Villalobos Zonta en la ceremonia religiosa que recientemente tuvo lugar en la Capilla de Santa Teresita, en esta ciudad fronteriza.

El popular “Lobo”, quien se desempeñó como asistente de la Dirección General del INDE y quien tuvo una muy amplia carrera magisterial y en también dejó un legado importante en el ámbito de la Educación Física.

Tanto en la ciudad de Tijuana, como en Monterrey, Nuevo Léon, se realizaron servicios religiosos dedicados en su memoria, con una amplia concurrencia. Inclusive, en la Capilla de Santa Teresita, en Tijuana, la calle fue cerrada y se instaló una carpa adicional en el atrio del templo ubicado en la Colonia Lindavista.

Personal de diferentes dependencias, instituciones, amigos y familiares cercanos estuvieron presentes. “Hoy es un día difícil, tengo tantas cosas que decir que no sé por dónde empezar, quizá por una reflexión: cuando un amigo se va , queda un tizón encendido, que no se puede apagar ni con las aguas de un río. Así dice la canción,” mencionó el Director General del INDE, Saúl Castro Verdugo al recordar al profesor Villalobos.

“Conocí a Marco, “el lobo”, en 1980, en la Universidad, un joven alegre y sencillo, de los que saben disfrutar la vida, picarón, travieso, nos hicimos amigos desde el primer día”, agregó..

Gran tirador de media

Marco Villalobos Zonta practicó el baloncesto. De acuerdo con el director del INDE, fue un gran tirador de media distancia. “Descarado, su pasión en esos días eran el básquet y los Tigres. No le gustaba mucho la defensa. Fueron tiempos maravillosos, nos reímos y carcajeamos porque si algo tenía mi amigo es que sabía disfrutar la vida”, expuso.

Además, se caracterizó por ser una persona muy generosa y compartía su alegría. “En ese tiempo hicimos amistades que seguimos hasta el día de hoy, aquí está la muestra: sólidas, sinceras, de las buenas, de las que nos peleamos en la cancha, y nos abrazamos en la vida”, dijo.

Esas amistades fueron más allá de la rivalidad en cancha e inclusive trascendieron con el paso del tiempo, pues inclusive los antiguos oponentes se convirtieron en colegas.

Tal es el caso de Antonio Sánchez, actual responsable de Planeación y Transparencia del INDE, quien jugaba con los Borregos Salvajes del Tecnológico de Monterrey, su alma máter. La rivalidad con la UANL en la duela era muy fuerte. “Todos caídos en el piso, algunos con sangre y algo más, hasta el entrenador caído en el piso”, mencionó.

Pero, la camaradería fue mucho más fuerte.” (Antonio Sánchez) es compañero de trabajo, amigazo de toda la vida, él capitán del Tecnológico, si, Marcos siempre lo reconoció como el mejor en la cancha”, dijo.

“Subiéndose al barco”

El Director del INDE, recuerda que aunque eran coterráneos, él y Villalobos se conocieron fuera de la península, caso concreto en Nuevo León.

“Todos piensan que nos conocimos aquí en casa, en Baja California, y no, nos conocimos en Monterrey, y como les dije, me subió a su barco, esto ya hace 37 maravillosos años, puedo contar muchas anécdotas de mi amigo, pero en todas y cada una siempre había una nota de humor , de picardía y de cariño”, aludió.

“Recuerdo que le envié una tarjeta de Alemania: Marcos, compa’, estoy haciendo una Maestría en Administración y por acá está increíble, por el otro lado de la tarjeta, había un castillo con nieve”.

Meses después, Marco le enviaría una misiva de respuesta, también con un mensaje en una tarjeta postal. “(El mensaje era) compa’, yo estoy en Brasil, también en una maestría y al otro lado de la foto, había una maravillosa playa y dos muchachas en bikini. Eran tiempos de solteros, no perdimos la comunicación nunca”, subrayó.

La lealtad, su mayor valor

La lealtad fue su principal valor, recordó, además de que siempre estuvo al pendiente de sus amigos cercanos y sobretodo de su familia, la cual lo enorgullecía, al contar con un hijo profesionista y otro que inició su vida universitaria en la carrera de Médico Veterinario Zootecnista.

“El Lobo era protector, donde anduviera, siempre estaba pendiente de ti, cuidándote, a ti y a tu familia, cuidándote de verdad, te sentías tan seguro y confiado con él como un hermano mayor”, recalcó Castro. “Otras de sus virtudes era que siempre, siempre encontraba solución a los problemas al cual más difícil, tenía una forma muy peculiar de ver la vida, sin complicaciones”, enfatizó.

“Marco Antonio ‘el Lobo’ es y será siempre mi mejor amigo. Me dio su cariño y amistad a manos llenas como era él, bondadoso, desprendido, su principal valor: la lealtad como esas que no abundan hoy en día”, mencionó. “Les dije que era pícaro, travieso, vivía la vida a su modo, había, no que entenderlo, había que quererlo, porque a los amigos los quiere uno como son vienen con su maleta completa, nunca trates de cambiarlos”.

Sus amigos los basquetbolistas dedicaron también un minuto de aplausos el sábado pasado durante un encuentro en la cancha de la ETI 24 y “La Poli”. Durante la misa ofrecida en su memoria, un marco con su camiseta de juego con el número 15 y el inconfundible apodo “Lobo” en su dorso fue colocado a un lado del altar, junto con un balón de basquetbol. Entre los recuerdos, una frase retumba: “San Pedrito en el cielo ‘aguas’ porque ya llegó el ‘lobo’ a tu lado, prepárate, porque con seguridad todo va a mejorar allá arriba ya que ahora en el equipo de los ángeles estará el ser más extraordinario que haya llegado, aquél del que todos podemos decir con orgullo: yo soy su amigo.”

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